La preeclampsia es una forma de presión arterial alta, diagnosticada solo en mujeres embarazadas, que puede traer riesgos significativos si no se trata apropiadamente.
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La preeclampsia es una forma de presión arterial alta que sólo las mujeres embarazadas desarrollan. Aunque no hay cura para la preeclampsia, la condición puede ser manejada efectivamente – si es diagnosticada adecuadamente. Sin embargo, los casos de preeclampsia no diagnosticados o mal tratados pueden ser perjudiciales tanto para la madre como para el feto.
¿Qué es la preeclampsia en el embarazo?
Los médicos definen la preeclampsia como la presión arterial alta en mujeres embarazadas que nunca han experimentado alta presión sanguínea antes. La afección comprime los vasos sanguíneos, lo que significa que menos sangre puede llegar a los órganos internos de la madre. Esto puede llevar a la insuficiencia orgánica en casos muy graves, pero también disminuye la cantidad de sangre que puede llegar al feto.
Las mujeres con preeclampsia frecuentemente también tienen altos niveles de proteína en su orina. Esta condición es conocida como proteinuria, y puede ser un signo de que los órganos de la madre no están funcionando apropiadamente.
La preeclampsia es sorpresivamente común. De hecho, cerca del 5% de las mujeres desarrolla la condición en algún punto durante el embarazo. No obstante, el hecho de que la preeclampsia sea común no debe cegarnos a los riesgos significativos de la afección.
¿Cuándo empieza la preeclampsia?
En la mayoría de las mujeres embarazadas, la preeclampsia inicia relativamente tarde, generalmente durante el tercer trimestre y con frecuencia después de la semana 37 del embarazo.
Es muy raro que la preeclampsia se desarrolle antes de la semana 20 del embarazo, según el American College of Obstetricians and Gynecologists. Cuando la preeclampsia empieza antes de la semana 32 del embarazo, es conocida como preclampsia de aparición temprana. Algunas mujeres incluso desarrollan la preeclampsia durante el trabajo de parto. En otros casos, la condición puede desarrollarse dentro de las 48 horas siguientes al nacimiento del bebé.
¿Quién está en riesgo de desarrollar preeclampsia?
Algunas mujeres están en mayor riesgo de desarrollar preeclampsia:
- Embarazo por primera vez
- Adolescentes embarazadas
- Mujeres mayores de 40 años
- Mujeres obesas
- Diabetes
- Problemas de coagulación sanguínea
- Alteraciones autoinmunes
- Embarazos múltiples
- Antecedentes familiares de preeclampsia
Aunque la preeclamsia técnicamente está definida como presión arterial alta en mujeres que no han experimentado presión arterial alta en el pasado, los antecedentes de hipertensión se consideran un factor de riesgo para la complicación del embarazo.
Señales tempranas de preeclampsia
La mayoría de los obstetras revisarán regularmente la presión arterial de la madre en busca de indicios de preeclampsia. Una presión arterial de 140 / 90 o más generalmente se considera anormal, y podría requerir tratamiento. Los médicos también analizan la orina de las mujeres embarazadas en busca de mayores niveles de proteína, lo que puede ser otro indicador principal de preeclampsia.
Algunas mujeres también notarán síntomas asociados con la afección, como:
- Dificultad para respirar
- Pies, piernas y manos hinchadas
- Dolor abdominal
- Náuseas y vómitos extremos
- Reducción o ausencia de orina
- Alteraciones en la respuesta refleja
- Cambios en la visión (como moscas volantes o visión borrosa)
- Aumento repentino de peso (causado por la retención de líquidos)
- Dolores de cabeza severos
- Mareos o desorientación
Experimentando alguno de estos síntomas es suficiente para justificar atención médica inmediata, pero algunas mujeres con preeclampsia se sentirán bien, a pesar de su presión arterial alta. Razón por la cual, para su obstetra, realizar un seguimiento rutinario con pruebas de sangre y de orina, es la mejor forma de diagnosticar proactivamente la preeclampsia y decidir acerca del tratamiento adecuado.
¿Por qué es peligrosa la preeclampsia?
En las madres, la preeclampsia puede llevar a daños generalizados en los órganos, efectos que con frecuencia amenazan la salud del feto. Los investigadores llaman a los síntomas más serios de la preeclampsia “características severas”. Por obvias razones, estas complicaciones pueden impactar negativamente en la salud de la madre, y también pueden poner en riesgo la salud del bebé que aún no ha nacido:
- Convulsiones
- Derrame cerebral
- Falla cardíaca
- Ceguera temporal
- Hemorragia hepática
- Edema pulmonar – una acumulación de fluido en los pulmones
Afortunadamente, estos riesgos de síntomas más serios de la preeclampsia son raros.
¿Cómo puede afectar a un bebé la preeclampsia?
Incluso en la ausencia de complicaciones maternas, la preeclampsia puede perjudicar seriamente al feto en desarrollo. Durante el embarazo, la tensión arterial alta puede interferir con la manera en que la sangre llega a la placenta, privando al feto del oxígeno y de los nutrientes que necesita para su desarrollo. Como resultado, el feto podría no crecer adecuadamente.
La disminución del flujo sanguíneo también puede reducir la cantidad de líquido amniótico alrededor del feto. Esta condición, conocida como oligohidramnios, puede incrementar el riesgo de numerosas complicaciones en el embarazo:
- Trauma fetal, ya que el feto no está bien protegido contra golpes externos
- Compresión del cordón umbilical, y por consiguiente una caída adicional del oxígeno
- Infecciones
En los casos severos de preeclampsia, es probable que se produzca un desprendimiento de placenta. Esto sucede cuando la placenta se desprende prematuramente de la pared uterina, cortando la fuente de oxígeno y nutrientes del feto. El desprendimiento de la placenta también puede causar fuertes hemorragias.
¿Cuándo se convierte la preeclampsia en eclampsia?
La eclampsia es una complicación potencial de la preeclampsia, marcada por una o más convulsiones durante el embarazo. Los investigadores solían creer que la preeclampsia era una condición anterior a la eclampsia, pero ahora se sabe que las convulsiones son sólo una de las complicaciones significativas que pueden ocurrir en mujeres con preeclampsia.
Las convulsiones eclámpticas son extremadamente serias. En raros casos, la eclampsia puede conducir a un coma, daño cerebral permanente o incluso a la muerte – tanto en la madre como en su bebé. La eclampsia es más común durante el trabajo de parto y el alumbramiento, o dentro de las primeras 48 horas posteriores al nacimiento, según Medscape. Las mujeres con preeclampsia también están en un elevado riesgo de desarrollar el síndrome HELLP después del parto.
El síndrome HELLP es una condición que algunas, pero no todas las mujeres con preeclampsia desarrollarán. El HELLP está marcado por tres síntomas que generalmente ocurren al mismo tiempo:
- Hemólisis (o descomposición de los glóbulos rojos)
- Enzimas hepáticas elevadas
- Conteo bajo de plaquetas (las plaquetas son fragmentos de células sanguíneas que ayudan en la coagulación)
Aunque el síndrome HELLP es común especialmente tras el nacimiento del bebé, las mujeres embarazadas también pueden presentar estos signos, y pueden tener un riesgo aún mayor de experimentar las consecuencias de la preeclampsia que otras mujeres
¿Se puede tratar la preeclampsia?
En la práctica, sólo hay una manera de tratar la preeclampsia y la eclampsia: dar a luz al bebé. Por supuesto, puede que esto no sea posible cuando la preeclampsia es diagnosticada en una etapa temprana del desarrollo del feto. Por lo tanto, el tratamiento de la preeclampsia dependerá en gran medida de la etapa del embarazo.
Tratamientos para la preeclampsia leve
Para mujeres que son diagnosticadas a las 37 semanas o más, la mayoría de los obstetras elegirán inducir el parto. En algunos casos, una cesárea será la mejor opción. Las mujeres que son diagnosticadas antes de las 37 semanas pueden ser hospitalizadas para un monitoreo continuo, o tendrán que monitorear su propia tensión arterial en casa. Esto es más común para casos leves de presión arterial alta, y el médico probablemente aconsejará a la madre permanecer en cama restringiendo su actividad. Sin embargo, un reposo total en cama podría no ser una buena idea, ya que puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos.
A la mayoría de las mujeres también se les pide que cuenten el número de veces que el feto patea, lo que ayuda a hacer un seguimiento del nivel de actividad del bebé. Las pacientes que se quedan en casa tendrán que ir con frecuencia al doctor para la toma de la presión arterial, pruebas de orina y ecografías. Si los síntomas de la preeclampsia empeoran, o hay otra señal de que el bebé no está bien, la mayoría de las mujeres serán hospitalizadas y tendrán que dar a luz.
Tratamientos para la eclampsia grave
Cuando los efectos de la preeclampsia son graves, la gran mayoría de las mujeres son hospitalizadas de inmediato. Los obstetras generalmente administran trasfusiones de sulfato de magnesio, que se usa para prevenir las convulsiones. Para las mujeres que están relativamente temprano en sus embarazos, el médico de hecho intentará acelerar el desarrollo fetal artificialmente. Normalmente, esto significa que se le prescriben medicamentos corticoides, los cuales pueden acelerar el crecimiento de los pulmones del feto.
De cualquier manera, tanto la madre como el bebé deben ser monitoreados con mucha atención. Al igual que en los casos de preeclampsia leve, si los médicos notan cualquier signo de que la afección está comenzando a empeorar o de que el bebé no está bien, se indicará el parto. Esto es necesario sin importar en qué etapa del embarazo se encuentre la madre, por lo que la preeclampsia es una de las causas principales del nacimiento de bebés prematuros.