La parálisis cerebral es un trastorno neuromuscular grave que puede conducir a discapacidades de por vida. En muchos casos, la condición es causada por la privación de oxígeno durante el trabajo de parto o el alumbramiento – con frecuencia como resultado de mala praxis médica.

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La parálisis cerebral puede ser causada por numerosos factores, algunos de los cuales son puramente genéticos – fuera del control médico. Sin embargo, en algunos casos el trastorno se pudo haber evitado – si tan solo un médico hubiera tenido el cuidado necesario durante el trabajo de parto y el alumbramiento. La asfixia al nacer, una lesión de nacimiento en la cuál el bebé es privado de oxígeno en el parto, es una de las únicas causas de parálisis cerebral en que todos los investigadores están de acuerdo.

Parálisis cerebral: tipos y efectos

La parálisis cerebral no es una sola enfermedad. Mientras la frase es lanzada como si describiera a todos los niños con trastornos neuromusculares por igual, la parálisis cerebral es en realidad una familia de condiciones asociadas. Cada desorden de parálisis cerebral es causado por daño cerebral o por el desarrollo anormal del tejido cerebral, y cada caso está marcado por alguna deficiencia motora e impacto en la forma en la que una persona se mueve. Sin embargo, estos trastornos se manifiestan en formas muy diferentes, dependiendo de cómo se haya lesionado el cerebro del niño.

Los investigadores han definido tres tipos primarios de parálisis cerebral, aunque cada uno de ellos puede ser dividido a su vez en subtipos incluso más específicos.

¿Qué es la parálisis cerebral espástica?

La mayoría de las personas con parálisis cerebral presentan un grado de espasticidad y, por lo tanto, se les clasifica como personas con formas espasmódicas de parálisis cerebral. De hecho, hasta el 80% de los diagnósticos de parálisis cerebral caen dentro de esta categoría, según el St. Louis Children's Hospital, que generalmente resulta de una lesión en la corteza motora del cerebro.

“Espasticidad” se refiere a un aumento en el tono o tensión en un músculo. Debido a daño o anormalidad genética, los cerebros de las personas con parálisis cerebral espástica son incapaces de controlar cuán flexible o tenso debería estar el músculo. Por el contrario, el músculo en si mismo controla qué tan tensionado debe estar, lo que significa que el músculo usualmente está muy tenso o espástico.

Como resultado, los movimientos de las personas con parálisis cerebral espástica parecen rígidos, espasmódicos o laboriosos. La dificultad para mover las extremidades es un síntoma característico, al igual que la dificultad para agarrar objetos.

¿Qué es la parálisis cerebral atetoide (Discinética)?

Generalmente se cree que los casos de parálisis cerebral atetoide o discinética son causados por una lesión en los ganglios basales, un grupo de estructuras cerebrales que controlan el movimiento coordinado. Muchos niños que nacen con esta afección tienen un tono muscular bajo, lo cual significa que sus extremidades pueden parecer flácidas. Otros niños mostrarán síntomas asociados con hipotonía (baja tensión muscular) e hipertonía (alta tensión muscular) en una condición técnicamente conocida como parálisis cerebral discinética atetoide.

Movimientos involuntarios, especialmente del tronco y las extremidades, son un signo clásico de parálisis cerebral atetoide.

  • Atetosis - movimientos de torsión lentos (normalmente afecta las manos y/o los pies)
  • Distonía - torsión repetida desencadenada por contracciones musculares prolongadas

Las corea son también comunes – pequeños y aleatorios (no repetitivos) movimientos incontrolables. Los pacientes a menudo tienen problemas para mantener su postura y equilibrio mientras están de pie, caminando o sentados. Los movimientos que requieren coordinación, como alcanzar y agarrar un objeto, también pueden ser difíciles.

La mayoría de las personas que desarrollan parálisis cerebral atetoide lo hacen después de sufrir una lesión de nacimiento durante o poco después del parto. En el World Journal of Pediatrics, los investigadores atribuyeron la mayoría de los casos a kernicterus y encefalopatía hipóxica-isquémica – dos resultados frecuentes de negligencia médica. El kernicterus es una forma grave de ictericia, aunque con un diagnóstico y tratamiento adecuado, la afección puede ser prevenida en la mayoría de los casos. La encefalopatía hipóxica-isquémica es trágicamente una forma común de daño cerebral causada por la privación de oxígeno y disminución del flujo sanguíneo. Muchos niños sufren daño cerebral de tipo hipóxico durante el trabajo de parto y alumbramiento debido a tratamiento médico inapropiado.

¿Qué es la parálisis cerebral atáxica?

Alrededor del 6% de casos serán clasificados como parálisis cerebral atáxica, una enfermedad causada por daño al cerebelo, una estructura cerebral en la parte posterior del cráneo responsable de regular la actividad y la coordinación muscular.

Las personas con parálisis cerebral atáxica pueden parecer torpes o descoordinados cuando se mueven. Los temblores en las extremidades superiores son comunes y las acciones que requieren control motor preciso, como escribir o amarrarse los zapatos, pueden ser difíciles. Caminar puede parecer inestable y el equilibrio generalmente se ve comprometido en un grado significativo. La percepción de profundidad es frecuentemente afectada también. Los niños con parálisis cerebral atáxica con frecuencia desarrollan una “marcha de base ancha” al caminar, separando los pies más allá del ancho de sus caderas.

En un número limitado de niños, los doctores diagnosticarán múltiples formas de parálisis cerebral a la vez.

Condiciones secundarias y asociadas

Más allá del efecto de la parálisis cerebral sobre la tensión y el movimiento muscular, la coordinación, la postura y el equilibrio, estas condiciones con frecuencia vienen acompañadas de síntomas asociados. La dificultad para comunicarse es bastante común, como también los problemas respiratorios y de control de la vejiga y los intestinos. Todos estos efectos asociados se reúnen bajo el título de "condiciones secundarias."

Muchos niños con parálisis cerebral también tienen deficiencias de aprendizaje y más del 50% experimentan convulsiones. El déficit intelectual y las discapacidades sensoriales también pueden estar presentes y, aunque los investigadores no creen que estas "condiciones asociadas" sean causadas por el mismo daño cerebral, son más comunes en personas con trastornos de parálisis cerebral.

A diferencia de otros trastornos neurológicos, las afecciones de la parálisis cerebral no son progresivas, según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke. Lo que significa que el daño cerebral o la malformación, que está causando los síntomas al niño no empeora con el paso del tiempo. Sin embargo, los síntomas de los niños pueden cambiar, siendo más o menos pronunciados a medida que crecen.

¿La negligencia médica causa parálisis cerebral?

Alguna vez los investigadores creyeron que la mayoría de los casos de parálisis cerebral fueron causados por asfixia al nacer, pero esa concepción ha sido sacudida por estudios médicos recientes.

En la mayoría de los casos, parece que los trastornos de parálisis cerebral se desarrollan como resultado de anormalidades genéticas y factores ambientales mientras que el feto está aún en el útero. Algunas infecciones maternas, como la rubéola, pueden afectar el desarrollo del sistema nervioso del feto. Las mutaciones genéticas pueden llevar a una mielinización deficiente, en la cual las fibras nerviosas de un niño están protegidas inadecuadamente. Para muchos bebés, no hay mucho que un médico pueda hacer para evitar el desarrollo de la parálisis cerebral.

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Negligencia médica y parálisis cerebral

Sin embargo, no siempre este es el caso. Para el 10% al 20% de niños diagnosticados con parálisis cerebral, la condición es explicada al final como el resultado de daño cerebral sufrido durante el nacimiento. La negligencia médica se sospecha con frecuencia en estos casos, especialmente en aquellos que involucran daño cerebral por asfixia al nacer. Los bebés son habitualmente privados de oxígeno – en el momento más sensible – debido a errores médicos, fallas que pudieron haber sido evitadas por un profesional de la salud competente.

Los traumatismos craneoencefálicos son otra posibilidad. Durante partos difíciles, los doctores deben esforzarse por proteger la cabeza del bebé de cualquier daño – pero el uso inadecuado de fórceps con frecuencia hace esto imposible. Las presentaciones anormales del feto, como un nacimiento de nalgas, han sido vinculados a un incremento en el riesgo de trastornos de parálisis cerebral.

Como lo mencionamos antes, los niños que sobreviven al kernicterus también pueden ser más propensos a desarrollar ciertas formas de parálisis cerebral. Sin tratamiento, la condición de ictericia común en bebés, en la cual la piel del infante parece amarilla debido al aumento de los niveles de bilirrubina, puede progresar rápidamente a kernicterus. A muchas familias les dijeron que no había nada de qué preocuparse – y les dieron de alta sin un diagnóstico apropiado – sólo para enterarse más tarde de que la vida misma de su hijo fue puesta directamente en peligro.

Diagnosticando la parálisis cerebral

Diagnosticar la parálisis cerebral puede ser difícil y la condición es casi imposible de diagnosticar inmediatamente después del nacimiento de un bebé. Mientras los doctores pueden realizar varias pruebas para monitorear la función cerebral de un bebé, lo cual podría mostrar indicios de un daño cerebral, no existe una prueba específica para la parálisis cerebral. Muchas familias sólo empiezan a sospechar la posibilidad después de que su hijo o hija ha fallado en superar una etapa de desarrollo, como sostener su cabeza en alto sin ayuda o dar un primer paso. Además de las señales de retraso funcional, los retrasos en el crecimiento físico suelen ser un signo temprano de parálisis cerebral. Usted puede encontrar una guía completa de las etapas del desarrollo, de dos meses a cinco años, en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.

La mayoría de los niños reciben un diagnóstico adecuado para su segundo cumpleaños, después de que el cerebro ha tenido tiempo para desarrollarse, aunque los niños con formas más leves de parálisis cerebral son frecuentemente diagnosticados entre los tres y cinco años. Este proceso puede ser desalentador para los padres y perjudicial para la salud de los niños, muchos de los cuales se beneficiarían de intervenciones tempranas y estrategias de tratamiento proactivas.

¿Se puede tratar la parálisis cerebral?

Los trastornos de parálisis cerebral no se pueden curar, pero existen muchos tratamientos para ayudar a las personas con parálisis cerebral a mejorar su calidad de vida, aprovechando sus fortalezas y manejando sus debilidades. Por supuesto, cada plan de tratamiento será único para la condición del niño, aunque la mayoría se benefician de alguna manera con fisioterapia, ayudándolos con su movilidad tanto como sea posible.

Muchas personas con discapacidades utilizan tecnología de asistencia, como aparatos ortopédicos y férulas, para mejorar sus habilidades funcionales.

Hay medicamentos disponibles para controlar algunos de los síntomas de la parálisis cerebral. Relajantes musculares, por ejemplo, pueden ayudar a aflojar los músculos tensos y disminuir los espasmos musculares. Los anticonvulsivos son usados comúnmente para prevenir o manejar ataques, que hasta la mitad de todos los niños con trastornos de parálisis cerebral experimentarán. Algunos médicos han expresado su preocupación de que los efectos secundarios de estos medicamentos, especialmente los relajantes musculares, plantean más riesgos que beneficios para los niños en crecimiento, así que asegúrese de discutir cualquier pregunta o preocupación que tenga con el equipo de atención médica de su hijo.

En casos de parálisis cerebral grave, algunos niños se benefician de intervenciones quirúrgicas, de acuerdo con WebMD.

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